Con la pandemia del COVID-19 varias costumbres cotidianas han cambiado: nos movilizamos mucho menos porque el teletrabajo nos lo permite y porque así lo recomiendan las autoridades sanitarias. Pero sobre todo, utilizamos menos nuestros automóviles y también el transporte público, intentando llegar caminando adonde queremos ir.
Más caminatas, mejores urbanizaciones: nuevos hábitos urbanos durante la pandemia
También algunos hemos aumentando nuestras “compras de cercanía”, apoyando a emprendedores locales, abasteciéndonos en comercios y ferias cercanos. En la imposibilidad de movilizarnos buscamos nuestras provisiones en el propio barrio o en los negocios más cercanos.
Estos cambios se transforman en nuevos hábitos urbanos y muchos de los cuales parecerían que llegaron para quedarse llevando consecuencias seguras sobre el diseño de las ciudades, la arquitectura, el uso del espacio público y los espacios verdes.
Sumando a esto, en la pandemia se han visto fortalecido los gobiernos locales y municipales, porque ha quedado en sus manos la gestión de algunas cuestiones como la movilidad y la organización del espacio urbano. Estamos delante, entonces, de una gran oportunidad para construir gobiernos más ágiles, más eficientes y más profesionales.
En la coyuntura, en muchos municipios y ciudades se han cortado calles para permitir una circulación peatonal con distanciamiento social y se han dispuesto nuevos espacios, antes destinados al pasaje de autos, para que los locales gastronómicos puedan colocar mesas en la calle y en las veredas, al aire libre.
Se necesitará una nueva manera de pensar el transporte público para esta inaudita manera de trabajar, pasear y disfrutar del tiempo de ocio. Pero ¿cuántos de estos cambios producidos por la pandemia de Covid-19 se mantendrán en el mediano y largo plazo?
Las ciudades de quince minutos o del cuarto de hora: urbanizaciones ecológicas
En este contexto toman más fuerza las propuestas como las “ciudades de quince minutos” o “ciudad del cuarto de hora”, donde todo lo necesario queda a quince minutos de caminata o en bicicleta, uniendo los espacios de trabajo, de abastecimiento y de ocio.
Esta organización del espacio reduce la contaminación y mejora la calidad de vida de los habitantes. Al hacer menos necesarios los desplazamientos urbanos se reduce el impacto de las tareas cotidianas sobre el cambio climático. Es la condición para la transformación ecológica de las ciudades, dicen Anne Hidalgo y Carlos Moreno, precursores franceses de esta tendencia urbanística o nuevo urbanismo.
En lo social, los efectos de estos nuevos hábitos urbanos serían también muy positivos, disminuyendo el anonimato y la angustia que provocan las grandes distancias que deben recorrerse cada día para llegar al lugar de trabajo. Y si bien el transporte público siempre fue la solución para disminuir el impacto de las grandes masas movilizándose, esto tendrá que repensarse para evitar o controlar futuras pandemias.
Nos toca entonces reconstruir el ecosistema urbano, haciendo foco en las personas.
“NUNCA DESPERDICIE UNA BUENA CRISIS”, WINSTON CHURCHILL
Los hábitos urbanos y la pandemia, ¿cambios que vinieron para quedarse?
Los cambios que impuso la pandemia de COVID-19, aunque no son lineales ni están libres de contradicciones, nos acercaron mucho a este modelo de urbanización. Pero es todo una incógnita dilucidar si estos nuevos hábitos vinieron para quedarse o, si bien superada la actual crisis sanitaria, volveremos a comportarnos como antes.
Porque existen centros urbanos, especialmente en latitudes más sureñas, que están lejos de estos modelos urbanísticos ecológicos, donde la vereda es usada para estacionar y los hospitales y escuelas quedan a casi una hora de distancia. Aquí la transformación no será tan fácil.
Y también porque la crisis provocada por la pandemia es devastadora, en casi todas las latitudes. Y en muchos aspectos vino a profundizar las desigualdades ya existentes. Todos los debates en torno a una urbanidad más sostenible tendrá que tener en cuenta el acceso desigual a estas alternativas que se ha profundizado con la crisis actual .
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Ojalá lleguen para quedarse estos cambios…Que podamos tomar lo bueno de este tiempo!
Muy buen post!
Besos.
Hola! Sería bueno si pudiéramos aprender algo de una situación tan extrema como ésta. Lo veo difícil en realidades más duras donde las necesidades todavía giran en torno a la seguridad urbana y la pobreza. Estos debates sobre ciudades ecológicas por momentos parecen lejanos, y sin embargo son muy necesarios.
Gracias por tu comentario. Saludos.